EXTRACCIÓN DEL ADN DE LAS FRESAS
(Giordana y Laura)
El ADN es la macromolécula que se encarga del almacenamiento y de la transmisión del material genético y se encuentra en todos los seres vivos. El ADN está formado por dos cadenas de desoxirribonucleótidos organizados linealmente, que generan enormes secuencias de información (encargadas de definir y codificar un carácter determinado, denominado gen).
En esta práctica, podremos extraer el ADN de dos tejidos vegetales (kiwi y fresa) mediante una sencilla técnica:
En primer lugar, para romper los tejidos de las frutas, las cortamos con un cuchillo y las machacamos en un mortero hasta formar una pasta, que, posteriormente, colamos para obtener el zumo. A este, le añadimos una disolución de agua con sal (preparada anteriormente) y unas gotas de jabón líquido para fregar la loza, con la finalidad de romper las membranas de las células y con una pipeta, vertimos una pequeña cantidad en un tubo de ensayo.
A continuación, añadimos etanol sobre el tubo de ensayo y lo golpeamos suavemente para que se liberara el ADN (ya que, como este es insoluble en etanol, las células se sueltan y facilitan su extracción).
Finalmente, pudimos observar las cadenas de ADN en la parte superior del líquido contenido en el tubo de ensayo, que adoptaron una forma de hilos enredados.
ESTUDIO DE LA ACTIVIDAD ENZIMÁTICA DE LA CATALASA
(Giordana, Alejandro y Laura)
La catalasa es una enzima que se puede localizar en los peroxisomas de las células animales y vegetales y actúa sobre el agua oxigenada para descomponerla en agua y oxígeno y liberar energía en forma de calor. Si el agua oxigenada no se destruye, puede ser tóxica para la célula. Así pues, al poner un tejido en contacto con agua oxigenada, se observa la aparición de efervescencia.
En esta práctica, pudimos comprobar la presencia de catalasa en un tejido vegetal y otro animal, variando el pH y la temperatura. Para ello, sometimos las muestras a tres condiciones diferentes.
- Preparación-control: tras cortar un trozo de hígado y otro de papa de tamaños similares, introducimos cada uno en un tubo de ensayo y les añadimos 3cc de agua oxigenada.
- Influencia de la temperatura en la actividad enzimática: realizamos nuevamente el proceso anterior, pero en lugar de añadir agua oxigenada, añadimos 5cc de agua del grifo y los calentamos al baño maría durante 8 minutos. A continuación, colocamos las muestras en otros tubos de ensayo y agregamos 3cc de agua oxigenada.
- Influencia del pH en la actividad enzimática: realizamos nuevamente el mismo proceso de preparación cortando, esta vez, 2 muestras de cada tejido. Sin embargo, en esta ocasión, añadimos 3cc de HCl en dos tubos y 3cc de NaOH en otros dos diferentes. Posteriormente, añadimos a cada uno de ellos una muestra de papa y otra de hígado y los dejamos reposar 2 minutos. Para finalizar, sacamos las muestras y las depositamos en 4 nuevos tubos de ensayo para añadir a cada uno de ellos 3cc de agua oxigenada.
- RESULTADOS:
Como resultado, pudimos observar que la catalasa solo estaba presente en los dos tejidos de la preparación control, ya que fueron las únicas muestras que presentaban efervescencia. Es decir, encontramos la catalasa en el medio neutro, puesto que en el medio ácido (HCl) y en el básico (NaOH), la catalasa se desnaturaliza y no muestra actividad ante la presencia de agua oxigenada.
En cuanto al cambio de temperaturas, debido a su aumento, los aminoácidos vibran y, por tanto, se rompen los enlaces que mantienen la estructura responsable de darle funcionalidad a la proteína, es decir, se desnaturaliza y no muestra actividad.